martes, 21 de agosto de 2012

EL DHAMMAPADA -EL CAMINO DE LA RECTITUD- Buda....



Capítulo 1: Versos gemelos  

1. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey...  

2. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente.  Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.  

3. "Me maltrató, me golpeó, me derrotó, me robó". El odio de aquellos que almacenan tales pensamientos jamás se extingue.  

4. "Me maltrató, me golpeó, me derrotó, me robó". Quienes no albergan tales pensamientos se liberan del odio.  

5. El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna.  

6. Muchos desconocen que al disputar, perecemos; pero aquellos que lo comprenden, refrenan por completo sus disputas.  

7. Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil.  

8. Al que vive consciente de las impurezas, con los sentidos refrenados, moderado en la comida, lleno de fe, lleno de sustentadora energía, a ese Mara no lo derribará, como el viento no derribará a la montaña.  

9. Quienquiera que sea que carezca de autocontrol y no permanezca en la verdad, aunque se vista con la túnica amarilla, no es merecedor de ella.  

1O. El que se ha liberado de toda mancilla, está establecido en la moralidad y se curte en el autocontrol y la verdad, tal es merecedor de la túnica amarilla..

11. Los que imaginan lo no esencial como esencial y lo esencial como no esencial, debido a tan equivocado juicio nunca llegan a lo Esencial (Nibbana, el supremo refugio más allá de las ataduras).  

12. Pero aquellos que ven lo esencial en lo esencial y lo inesencial en lo inesencial, debido a su correcta visión, perciben la esencia. 

13. Así como la lluvia penetra en una casa mal techada, la avidez penetra en una mente no desarrollada.  

14. Así como el agua no penetra en una casa bien techada, la avidez no penetra en una mente bien desarrollada.  

15. El malhechor se lamenta ahora y se lamenta después. Se lamenta tanto aquí como allí. Siempre se lamenta y sufre percibiendo la impureza de sus propios actos.  

16. El bienhechor se regocija ahora y se regocija después. Tanto aquí como allí se regocija. Se regocija; se regocija enormemente, percibiendo la pureza de sus propios actos.  

17. Sufre ahora y sufre después. Sufre en ambos estados. «He actuado mal», se dice sufriendo. Además, sufre abocándose a un estado mas doloroso. Así el que mal obra.  

18. Goza ahora y goza después. En ambos estados es verdaderamente feliz. «He actuado bien, se dice feliz. Además, abocándose a un apacible estado es feliz. Así el que bien obra.  

19. Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa.  

20. Aunque uno recite poco las escrituras, si se conduce según la Enseñanza, abandonando el deseo, el odio v la ilusión, provisto con una mente bien liberada y no apegándose a nada ni aquí ni después, obtiene los frutos de la Vida Santa.  

sábado, 18 de agosto de 2012

SÓLO ESTOY MIRANDO CUÁNTAS COSAS EXISTEN QUE NO NECESITO PARA SER FELIZ"...



Al viajar por el Oriente, mantuve contacto con los monjes del Tibet, en Mongolia, Japón y China. Eran hombres serenos, solícitos, reflexivos y en paz con sus mantos de color azafrán.

El otro día, observaba el movimiento del aeropuerto de San Pablo: la sala de espera llena de ejecutivos con teléfonos celulares, preocupados, ansiosos, generalmente comiendo más de lo que debían. Seguramente, ya habían desayunado en sus casas, pero como la compañía aérea ofrecía otro café, todos comían vorazmente.

Aquello me hizo reflexionar: "¿Cuál de los dos modelos produce felicidad?"
Me encontré con Daniela, de 10 años, en el ascensor, a las 9 de la mañana, y le pregunté: "¿No fuiste a la escuela?" Ella respondió: "No, voy por la tarde."
Le dije: "Qué bien, entonces por la mañana puedes jugar, dormir hasta más tarde."
"No", respondió ella, "tengo tantas cosas por la mañana..."
"¿Qué cosas?", le pregunté.
"Clases de inglés, de baile, de pintura, de natación", y comenzó a detallar su agenda de muchachita robotizada. Me quedé pensando: "Qué pena, que Daniela no dijo: "¡Tengo clases de meditación!"

Estamos formando super-hombres y super-mujeres, totalmente equipados, pero emocionalmente infantiles. Una ciudad progresista del interior de San Pablo tenía, en 1960, seis librerías y un gimnasio; hoy tiene sesenta gimnasios y tres librerías!
No tengo nada contra el mejoramiento del cuerpo, pero me preocupa la desproporción en relación al mejoramiento del espíritu. Pienso que moriremos esbeltos: "¿Cómo estaba el difunto?". "Oh, una maravilla, no tenía nada de celulitis!"
Pero cómo queda la cuestión de lo subjetivo? De lo espiritual? Del amor?
Hoy, la palabra es "virtualidad". Todo es virtual. Encerrado en su habitación, en Madrid, un hombre puede tener una amiga íntima en Tokio, sin ninguna preocupación por conocer a su vecino de al lado! Todo es virtual. Somos místicos virtuales, religiosos virtuales, ciudadanos virtuales. Y somos también éticamente virtuales...
La palabra hoy es "entretenimiento"; el domingo, entonces, es el día nacional de la imbecilidad colectiva.

Imbécil el conductor, imbécil quien va y se sienta en la platea, imbécil quien pierde la tarde delante de la pantalla.

Como la publicidad no logra vender felicidad, genera la ilusión de que la felicidad es el resultado de una suma de placeres: "Si toma esta gaseosa, si usa estas zapatillas, si luce esta camisa, si compra este auto, usted será feliz!"
El problema es que, en general, no se llega a ser feliz! Quienes ceden, desarrollan de tal forma el deseo, que terminan necesitando un analista. O de medicamentos. Quienes resisten, aumentan su neurosis.

El gran desafío es comenzar a ver cuán bueno es ser libre de todo ese condicionamiento globalizante, neoliberal, consumista. Así, se puede vivir mejor. Para una buena salud mental son indispensables tres requisitos: amistades, autoestima y ausencia de estrés.
Hay una lógica religiosa en el consumismo post-moderno.
En la Edad Media, las ciudades adquirían status construyendo una catedral; hoy, en Brasil, se construye un shopping-center. Es curioso, la mayoría de los shopping-center tienen líneas arquitectónicas de catedrales estilizadas; a ellos no se puede ir de cualquier modo, es necesario vestir ropa de misa de domingo. Y allí dentro se siente una sensación paradisíaca: no hay mendigos, ni chicos de la calle, ni suciedad...
Se entra en esos claustros al son gregoriano post-moderno, con aquella musiquilla de esperar dentista.

Se observan varios nichos, todas esas capillas con venerables objetos de consumo, acolitados por bellas sacerdotisas. Quienes pueden comprar al contado, se sienten en el reino de los cielos. Si debe pagar con cheque post-datado, o a crédito se siente en el purgatorio. Pero si no puede comprar, ciertamente se va a sentir en el infierno...
Felizmente, terminan todos en una eucaristía post-moderna, hermanados en una misma mesa, con el mismo jugo y la misma hamburguesa de Mac Donald...
Acostumbro a decirles a los empleados que se me acercan en las puertas de los negocios: "Sólo estoy haciendo un paseo socrático". Delante de sus miradas espantadas, explico: "Sócrates, filósofo griego, también gustaba de descansar su cabeza recorriendo el centro comercial de Atenas. Cuando vendedores como ustedes lo asediaban, les respondía: ...

"Sólo estoy observando cuántas cosas existen que no necesito para ser Feliz"!

Frio Beto.