domingo, 15 de febrero de 2009

PATANJALI dice...

Aquí sigue el artículo del post anterior,es largo, pero lo puse para no olvidar personalmente este texto y, para el que le guste, aquí esta la tercera parte, falta una mas corta.


....Así es como te has convertido en un desgraciado. La cosa es muy simple; tanto si eres feliz como desgraciado, las cosas son muy simples. Un hombre que atiende a sus necesidades y las sigue, es igual que un río fluyendo hasta el océano... el río no pregunta si ha de fluir hacia el este o hacia el oeste; simplemente busca el camino. Este u oeste son indistintos. El río que fluye hacia el océano no sabe de deseos; solamente conoce sus necesidades. Por eso los animales parecen ser tan felices. ¿No tienen nada y son tan felices? ¿Y tú tienes tantas cosas y eres tan desgraciado? Incluso los animales te sobrepasan en su belleza, en su felicidad. ¿Qué es lo que ocurre? Los animales no poseen una mente consciente para controlar y manipular el inconsciente; no está dividido.
La segunda clase de sueños contiene muchas cosas que revelarte. Con los de la segunda clase empiezas a cambiar tu consciencia, empiezas a cambiar tu comportamiento, empiezas a cambiar tu modelo de vida. Atiende a tus necesidades; atiende siempre a lo que tu inconsciente diga. Y recuerda siempre: el inconsciente está en lo cierto porque posee la sabiduría intemporal. Tú has existido durante millones de vidas. El consciente pertenece a esta vida; ha sido educado en las escuelas y en las universidades y por la familia y por la sociedad en la que has nacido por coincidencia. Pero el inconsciente contiene todas las experiencias de todas tus vidas. Contiene la experiencia de cuando fuiste una roca, contiene la experiencia de cuando fuiste un árbol, contiene la experiencia de cuando fuiste un animal; lo contiene todo, todo el pasado. El inconsciente es tremendamente sabio y el consciente es tremendamente estúpido. Ha de ser así porque el consciente sólo pertenece a esta vida, es muy pequeño, sin experiencia; es muy infantil. El inconsciente es la sabiduría eterna. Escúchalo.
En la actualidad el psicoanálisis en Occidente solamente hace esto y nada más: escucha esa clase de sueños y cambia tu pauta de vida de acuerdo a ellos. Y el psicoanálisis ha ayudado a mucha gente. Tiene sus propias limitaciones, pero ha sido de ayuda porque, al menos, esta parte—el prestar atención a los sueños de la segunda clase—hace que tu vida sea más relajada, menos tensa.
Luego existe una tercera clase de sueños. Esta tercera clase de sueños es una comunicación desde el superconsciente. La segunda clase de sueños es una comunicación desde el inconsciente. La tercera clase de sueños no abunda, porque hemos perdido todo contacto con el superconsciente. Pero aún así surge, porque el superconsciente es tuyo. Puede que se haya convertido en una nube y haya desaparecido del cielo, puede que se haya evaporado, puede que esté muy lejos, pero todavía está anclado en ti.
La comunicación desde el superconsciente es muy escasa. Cuándo estás muy, muy alerta, solamente entonces puedes empezar a percibirla. Si no, se pierde entre el polvo que la mente arroja en los sueños y en la satisfacción de los deseos en los que la mente va soñando; cosas incompletas, reprimidas. Desaparecerá. Pero cuando te vuelves consciente es como un diamante brillando, absolutamente distinto de todas las piedras que le rodean.

Cuando puedas sentir y descubrir un sueño que procede del superconsciente, obsérvalo, medita sobre él, porque se convertirá en tu guía, te conducirá a tu Maestro, te llevará al modo de vida que encaja contigo, te conducirá a la verdadera disciplina. Ese sueño se convertirá en una profunda guía interior. Con el consciente puedes encontrar a un maestro, pero el maestro no será más que un profesor. Con el inconsciente puedes encontrar un maestro, pero el maestro no será más que un amante; te enamorarás de una determinada personalidad, de un cierto tipo. Pero sólo el superconsciente puede conducirte al verdadero Maestro. Entonces él no es un profesor; tú no te encuentras extasiado con lo que él dice, no te quedas deslumbrado; más bien, al contrario, tu superconsciente te indica que ese hombre encajará contigo, que ese hombre será la auténtica posibilidad de que tú crezcas, que ese hombre podrá convertirse en tus cimientos.
Hay luego una cuarta clase de sueño: el que surge de las vidas pasadas. No es escaso; aparece en numerosas ocasiones. Pero en tu interior todo está confuso; no puedes distinguir nada. No estás ahí para poder distinguir.
En Oriente hemos trabajado mucho esta cuarta clase de sueños. Debido a estos sueños nos dimos de bruces con el fenómeno de la reencarnación. Con estos sueños, te vas, poco a poco, volviendo consciente de tus vidas pasadas. Vas yendo hacia atrás, retrocedes en el tiempo. Entonces muchas cosas empiezan a cambiar en ti, porque si incluso en un sueño eres capaz de recordar quién eras en tu vida pasada, muchas cosas dejarán de ser importantes y muchas otras nuevas cosas adquirirán importancia. El conjunto cambia, tu gestalt cambia.
Debido a que acumulaste demasiada riqueza en una vida pasada, moriste como el hombre más rico del país... y en tu interior eras un mendigo... y otra vez estás haciendo lo mismo en esta vida. De repente, la gestalt cambiará. Si eres capaz de recordar lo que hiciste y cómo todo se convirtió en nada, si eres capaz de recordar las muchas vidas, las numerosas ocasiones que has estado haciendo lo mismo una y otra vez... eres como un disco rayado, un círculo vicioso; empiezas con lo mismo y acabas con lo mismo. Si eres capaz de recordar algo de tus vidas, te sorprenderá de repente el ver que nunca has hecho nada nuevo. Una y otra vez acumulaste riqueza; una y otra vez trataste de ser políticamente poderoso; una y otra vez te convertiste en excesivamente erudito; una y otra vez te enamoraste, y una y otra vez te alcanzó el sufrimiento que conlleva el amor. Cuando ves esta repetición, ¿cómo puedes seguir siendo el mismo? De repente, esta vida es transfigurada. No puedes seguir en la misma rutina por más tiempo.
Por esto en Oriente la gente ha estado preguntando y preguntando durante milenios, «¿Cómo puedo salir de esta rueda de vidas y muertes?» Parece ser la misma rueda, parece ser la misma historia una y otra vez; una repetición. Si lo desconoces, entonces piensas que haces cosas novedosas y te excitas sobremanera. Y yo puedo ver que has estado haciendo esas mismas cosas una y otra vez.
En la vida no hay nada nuevo; es una rueda, surca el mismo camino. Debido a que te vas olvidando del pasado, sientes tanta excitación. Una vez recuerdas, toda excitación desaparece. En ese recordar, surge el sanyas.
El sanyas es un esfuerzo para salirse de la rutina del samsar. Es un esfuerzo para saltar fuera de la rueda, es decirse a uno mismo, «¡Ya basta! Voy a dejar de participar en esta misma vieja estupidez. Voy a salir de ella». El sanyas es salirse por completo de la rueda; no de la sociedad, sino de tu propia rueda interior de vidas y muertes. Ésta es la cuarta clase de sueños.
Entonces existe una quinta clase de sueños; la última clase. La cuarta clase es retroceder hacia tu pasado; la quinta clase es avanzar hacia el futuro. Es muy, muy escasa. Sucede sólo a veces; cuando te encuentras muy, muy vulnerable, abierto, flexible. El pasado alarga su sombra y el futuro alarga su sombra y se refleja en ti. Si puedes llegar a ser consciente de tus sueños, algún día también serás consciente de esta posibilidad: el futuro mira hacia ti. De repente, simplemente se abre una puerta y el futuro entra en comunicación contigo.
Esos son los cinco tipos de sueños. La psicología moderna comprende solamente los de la segunda clase. La psicología rusa comprende solamente los de la primera clase. Los otros tres tipos, las otras tres clases, son casi desconocidos, pero el Yoga los comprende todos.
Si meditas y en sueños te vuelves consciente de tu ser interior, sucederán muchas más cosas. Lo primero: poco a poco, cuanto más consciente vayas siendo de tus sueños, menos y menos te convencerá la realidad de tus horas de vigilia. De ahí que los hindúes digan que el mundo es como un sueño. Ahora mismo, justo lo contrario es lo que ocurre: debido a que la realidad del mundo de tus horas de vigilia te convence tanto, piensas mientras sueñas que esos sueños son también reales. Nadie siente—mientras está soñando—que el sueño es irreal. Mientras sueñas parece perfecto, parece absolutamente real. Por la mañana podrás darte cuenta de que fue un sueño, pero eso carece de importancia porque entonces otra mente es la que estará funcionando. Esta mente no fue en absoluto testigo de ello; esta mente sólo ha oído el rumor. Esta mente consciente que se despierta por la mañana y dice que todo fue un sueño, esta mente no fue testigo de ello. ¿Cómo va a decir pues algo? Simplemente ha oído algún rumor. Es como si estuvieras dormido y dos personas estuvieran hablando, y tú—mientras duermes y debido a que hablan en voz alta—oyes unas palabras de aquí y allí y te quedas con un revoltijo de impresiones.
Esto es lo que sucede: mientras el inconsciente crea los sueños hay una tremenda actividad. El consciente se encuentra dormido y tan sólo oye murmullos, y por la mañana dice, «Todo es falso. Sólo fue un sueño». En este mismo momento, si estás soñando sentirás que es absolutamente real. Incluso las cosas absurdas parecen ser reales, lo ilógico parece real, porque el inconsciente no conoce la lógica. En sueños caminas por una carretera y ves venir un caballo; de repente el caballo deja de ser un caballo, el caballo se ha convertido en tu esposa. Y a tu mente no se le ocurre pensar «¿Cómo puede ser posible? ¿Cómo puede haberse transformado tan de repente el caballo en mi mujer?» No surge ninguna duda, no hay problema. El inconsciente desconoce la duda. Incluso crees en un fenómeno tan absurdo; estás convencido de su realidad.
Justo lo contrario sucede cuando te vuelves consciente de los sueños y sientes que eran realmente sueños, que nada es real; sólo un psico-drama, un drama mental. Tú eres el escenario y tú eres los actores y tú eres el que escribe la historia y tú eres el director y tú eres el productor y tú eres el espectador; no existe nadie más; es una simple creación de la mente. Cuando te vuelves consciente de esto, entonces el mundo de tus horas de vigilia cambia. Descubrirás entonces que sucede lo mismo; en un escenario mayor, pero el sueño es el mismo.
Los hindúes denominan a este mundo «maya», ilusorio, un sueño, una proyección mental. ¿Qué quieren decir? ¿Quieren decir que es irreal? No, no es irreal. Pero cuando tu mente se entremezcla, tú mismo creas de ello un mundo irreal. No vivimos en el mismo mundo; todo el mundo vive en su propio mundo. Hay tantos mundos como mentes. Cuando los hindúes dicen que esos mundos son maya, quieren decir que la realidad más la mente, es maya. No sabemos lo que es la realidad, eso que existe de por sí. La realidad más mente es ilusión, maya. Cuando alguien, un Buda, Despierta por completo, entonces descubre la realidad sin la mente. Entonces es la Verdad, el Brahman, lo Supremo. Le sumas la mente y todo se convierte en un sueño, porque la mente es eso que crea los sueños. Si le quitas la mente, nada puede convertirse en un sueño; sólo la realidad permanece en su pureza cristalina. La mente es como un espejo. En el espejo se refleja el mundo. Ese reflejo no puede ser real, ese reflejo es simplemente un reflejo. Cuando el espejo desaparece, el reflejo desaparece. Ahora puedes ver lo real.
Una noche de luna llena y el lago se encuentra en silencio y la luna es reflejada en el lago y tratas de alcanzar la luna. Esto es lo que todo el mundo ha estado tratando de hacer durante muchas vidas: tratando de alcanzar la luna en el espejo del lago. Y evidentemente nunca tienes éxito; no puedes tenerlo, no es posible. Uno ha de olvidarse del lago y mirar exactamente en la dirección opuesta. Ahí está la luna.
La mente es el lago en el que el mundo se convierte en ilusorio. Tanto si sueñas con los ojos cerrados como si sueñas con los ojos abiertos, no importa. Si la mente se encuentra presente, todo lo que sucede es un sueño. Éste será tu primer descubrimiento si meditas sobre los sueños.
Y lo segundo que descubrirás será que tú eres un testigo, que el sueño está allí, pero tú no formas parte de él. Tú no eres parte de tu mente; tú la trasciendes. Estás en la mente, pero no eres la mente. Lees a través de la mente, pero no eres la mente. Utilizas la mente, pero no eres la mente. De repente eres un testigo, has dejado de ser una mente. Y éste testigo es la realización final, suprema. Entonces, tanto si sueñas de dormido como si sueñas mientras estás despierto, no hay diferencia; sigues siendo un testigo. Permaneces en el mundo, pero el mundo no puede penetrar en ti. Las cosas están ahí, pero la mente no está en las cosas y las cosas no están en la mente. De repente, aparece el testigo y todo cambia.
Es muy, muy sencillo una vez descubres su truco. Si no, parece muy, muy difícil, casi imposible. ¿Cómo ser consciente mientras se sueña? Parece imposible, pero no lo es. Te llevará de tres a nueve meses si cada noche al irte a dormir, mientras te estás durmiendo, tratas de mantenerte alerta y observando. Pero recuerda, no trates de mantenerte alerta en un sentido activo, porque si lo haces no conseguirás dormirte. Sólo una alerta pasiva, suelta, natural, relajada, como mirando desde la esquina, sin ponerle demasiada actividad; simplemente una consciencia pasiva, sin implicarse demasiado. Sentado a la orilla y el río fluyendo junto a ti y tú simplemente observas.
Te llevará de tres a nueve meses. Entonces, algún día, de repente el sueño estará cayendo sobre ti como una cortina oscura, como una pantalla oscura, como si el sol se hubiera puesto y la noche descendiera. Se asienta a tu alrededor, pero en tu interior una llama sigue ardiendo. Estás observando, silencioso, pasivo; entonces empieza el mundo de los sueños. Entonces son interpretadas muchas obras, muchos psico-dramas, y tú sigues observando. Poco a poco, van apareciendo las diferencias; ahora puedes ver qué clase de sueño es. Entonces, de repente, un día te das cuenta de que es lo mismo que estando despierto. No existe una diferencia cualitativa. Todo se convierte en ilusorio. Y cuando el mundo es ilusorio, solamente el testigo es real.
Esto es a lo que Patanjali se refiere cuando dice, «Medita también sobre el conocimiento que te llega durante el sueño». Y eso te convertirá en un hombre realizado.

Seguirá otro Post sobre este tema.

3 comentarios:

Lidia M. Domes dijo...

Lo leeré por partes, hasta ahora me parece excelente!!!

Gracias,

Lidia

J. Marcos B. dijo...

Si, es largo y se que pocos leen tanto, pero bueno, como explique es un buen texto que no quiero perder...no me olvido de lo tuyo...

Un abrazo y gracia por estar.

marcos.

Alimontero dijo...

Querido Marcos, es esto un tesoro para guardar y meditar.
Estuve tres años seguidos con estas lecturas y algunas prácticas. El budismo me ayudó mucho, como así tambien otras prácticas.
Cuando quise iniciarme en TSMU, trabajo sobre uno mismo de Gold reconozco que la cosa, a mi. se me complicó...y reconocí que necesitaba otro camino previo, por asi decirlo.
Muchas gracias por esta gran ayuda/regalo.
Ali